viernes, 17 de junio de 2016

Hormiga león (Myrmeleon formicarius)



La hormiga león es un insecto del orden neurópteros, que incluye también a los ascaláfidos y las crisopas.
Después de algún tiempo alimentándose, según la especie hasta 2 o 3 años, la larva realizará un capullo en la tierra y de ahí saldrá de nuevo un insecto adulto, que curiosamente sólo vivirá 35 días más.
Esta secuencia de imágenes muestra una larva de hormiga león sepultándose en la arena, en julio, con la superficie del suelo a 44º C.
Enterrada, caza a la espera, atenazando a pequeños insectos, sobre todo hormigas (de ahí su nombre), con piezas bucales huecas con las que succiona los jugos de su víctima. Sus larvas, como las de otras hormigas león, excavan pequeños hoyos en forma de cono, permaneciendo enterradas en el fondo a la espera de presas. Las hormigas, al caer a estos fosos, resbalan por la pendiente y acaban en las fauces del diminuto neuróptero. Si se retrasan en su caída, este león de hormigas las desequilibrará desde abajo lanzándoles decididas paladas de arena con su cabeza plana. Cuando, al cabo quizás de más de un año, se transforme en adulto, dejará de cazar a ras de suelo, pero entre el pasto seco podrá ser capturado por rápidas moscas rapaces, los Asílidos…


Los adultos de hormiga león son completamente distintos de las larvas. El adulto, en la imagen, se caracteriza por un abdomen largo y estrecho, y por sus dos pares de alas hialinas, grandes y aún más largas que el abdomen. Otras especies tienen manchas marrones sobre estas alas. Las antenas notorias y terminadas en maza y la posición de las alas en reposo envolviendo el abdomen diferencian claramente la hormiga león de las libélulas. El adulto tiene costumbres crepusculares; vuela en verano en terrenos secos a la búsqueda y captura de pulgones. Existe una sola generación anual de adultos.
Video de la metamorfosis de la hormiga león.

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